sábado, 14 de octubre de 2023

CRISTO ENTRE LOS DOCTORES


CRISTO ENTRE LOS DOCTORES

Autor.- En la actualidad se desconoce el autor de esta obra, atribuyéndose su autoría a un pintor seguidor de Bernat Martorell
Fecha de ejecución.- Como ocurre con el autor, en la actualidad, se desconoce la fecha exacta en la que fue realizada esta obra, datándose como una obra realizada entre el año 1420 y el año 1440
Técnica.- Temple y pan de oro sobre tabla.
Medida.- 111,8 x 76,2 cm.
Ciclo del Evangelio.- Infancia del Niño Jesús.
Momento de la vida de Jesús.- El Niño Jesús con doce años acude a celebrar la Pascua, con sus padres a Jerusalén, donde va a permanecer durante tres días junto a los doctores de la ley. Al tercer día es encontrado por José y María, que lo buscaban angustiados.
Texto del Evangelio.- Lucas 2, 41 - 51
Lugar donde se encuentra.- The Metropolitan Museum.
Localidad.- Nueva York.
País.- Estados Unidos.

TEXTO DEL EVANGELIO

    Sus padres solían ir cada año a Jerusalén por la fiesta de la Pascua. Cuando cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres. Estos, creyendo que estaba en la caravana, anduvieron el camino de un día y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén buscándolo. Y sucedió que, a los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba. Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre: 

    «Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Tu padre y yo te buscábamos angustiados». 

    Él les contestó: 

    «¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre?». 

    Pero ellos no comprendieron lo que les dijo. Él bajó con ellos y fue a Nazaret y estaba sujeto a ellos. Su madre conservaba todo esto en su corazón.

Lucas 2, 41 - 51

sábado, 7 de octubre de 2023

JESÚS Y LA SAMARITANA EN EL POZO


JESÚS Y LA SAMARITANA

Autor.- Guercino.
Fecha de ejecución.- Guercino trabaja en esta obra entre el año 1640 y el año 1641
Técnica.- Óleo sobre lienzo.
Medida.- 116 x 156 cm.
Ciclo del Evangelio.- La vida pública de Jesús.
Momento de la vida de Jesús.- Jesús se encuentra con una mujer samaritana junto al Pozo de Jacob en Samaría.
Evangelio.- Juan 4, 5 - 42
Lugar donde se encuentra.- Museo Thyssen - Bornemisza
Localidad.- Madrid.
País.- España

TEXTO DEL EVANGELIO

    Llegó Jesús a una ciudad de Samaría llamada Sicar, cerca del campo que dio Jacob a su hijo José; allí estaba el pozo de Jacob. Jesús, cansado del camino, estaba allí sentado junto al pozo. Era hacia la hora sexta. Llega una mujer de Samaría a sacar agua, y Jesús le dice: 

    «Dame de beber». 

    Sus discípulos se habían ido al pueblo a comprar comida. La samaritana le dice: 

    «¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?» (porque los judíos no se tratan con los samaritanos). 

    Jesús le contestó: 

    «Si conocieras el don de Dios y quién es el que te dice “dame de beber”, le pedirías tú, y él te daría agua viva». 

    La mujer le dice: 

    «Señor, si no tienes cubo, y el pozo es hondo, ¿de dónde sacas el agua viva?; ¿eres tú más que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, y de él bebieron él y sus hijos y sus ganados?». 

    Jesús le contestó: 

    «El que bebe de esta agua vuelve a tener sed; pero el que beba del agua que yo le daré nunca más tendrá sed: el agua que yo le daré se convertirá dentro de él en un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna». 

    La mujer le dice: 

    «Señor, dame esa agua: así no tendré más sed, ni tendré que venir aquí a sacarla». 

    Él le dice: 

    «Anda, llama a tu marido y vuelve». 

    La mujer le contesta: 

    «No tengo marido». 

    Jesús le dice: 

    «Tienes razón, que no tienes marido: has tenido ya cinco, y el de ahora no es tu marido. En eso has dicho la verdad». 

    La mujer le dice: 

    «Señor, veo que tú eres un profeta. Nuestros padres dieron culto en este monte, y vosotros decís que el sitio donde se debe dar culto está en Jerusalén». 

    Jesús le dice: 

    «Créeme, mujer: se acerca la hora en que ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre. Vosotros adoráis a uno que no conocéis; nosotros adoramos a uno que conocemos, porque la salvación viene de los judíos. Pero se acerca la hora, ya está aquí, en que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y verdad, porque el Padre desea que lo adoren así. Dios es espíritu, y los que lo adoran deben hacerlo en espíritu y verdad». 

    La mujer le dice: 

    «Sé que va a venir el Mesías, el Cristo; cuando venga, él nos lo dirá todo». 

    Jesús le dice: 

    «Soy yo, el que habla contigo». 

    En esto llegaron sus discípulos y se extrañaban de que estuviera hablando con una mujer, aunque ninguno le dijo: «¿Qué le preguntas o de qué le hablas?». La mujer entonces dejó su cántaro, se fue al pueblo y dijo a la gente: 

    «Venid a ver un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho; ¿será este el Mesías?». 

    Salieron del pueblo y se pusieron en camino adonde estaba él. Mientras tanto sus discípulos le insistían: 

    «Maestro, come».
    
    Él les dijo: 

    «Yo tengo un alimento que vosotros no conocéis». 

    Los discípulos comentaban entre ellos: 

    «¿Le habrá traído alguien de comer?». 

    Jesús les dice: 

    «Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y llevar a término su obra. ¿No decís vosotros que faltan todavía cuatro meses para la cosecha? Yo os digo esto: levantad los ojos y contemplad los campos, que están ya dorados para la siega; el segador ya está recibiendo salario y almacenando fruto para la vida eterna: y así, se alegran lo mismo sembrador y segador. Con todo, tiene razón el proverbio: uno siembra y otro siega. Yo os envié a segar lo que no habéis trabajado. Otros trabajaron y vosotros entrasteis en el fruto de sus trabajos». 

    En aquel pueblo muchos samaritanos creyeron en él por el testimonio que había dado la mujer: 

    «Me ha dicho todo lo que he hecho». 

    Así, cuando llegaron a verlo los samaritanos, le rogaban que se quedara con ellos. Y se quedó allí dos días. Todavía creyeron muchos más por su predicación, y decían a la mujer: 

    «Ya no creemos por lo que tú dices; nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que él es de verdad el Salvador del mundo». 
Juan 4, 5 - 42

 

SAGRADA FAMILIA CON UN PASTOR

SAGRADA FAMILIA CON UN PASTOR Autor.- Tiziano Vecellio di Gregorio, conocido tradicionalmente en español como Tiziano  Fecha de ejecución.- ...