PREDICACIÓN DEL BAUTISTA EN EL DESIERTO
Autor.- Massimo Stanzione.
Fecha de ejecución.- Se desconoce la fecha exacta en la que Stanzione realiza esta obra, datándose como una obra realizada hacia el año 1635
Técnica.- Óleo sobre lienzo.
Medida.- 187 x 335 cm.
Ciclo del Evangelio.- La Vida Pública de Nuestro Señor Jesucristo.
Momento del Evangelio.- Juan, que vive en el desierto, comienza su labor evangélica anunciando, junto al Rio Jordán, el bautismo, un bautismo que invita a la conversión. Viste austeramente, con pieles de camello, es un asceta que invita a Israel a cambiar su relación con Dios, mientras anuncia, la ya inminente, llegada del Esperado, del Mesías de Israel.
Evangelio.- Mateo 3, 1 - 12; Marcos 1, 2 - 6; Lucas 3, 1 - 18; Juan 1, 19 - 34
Lugar donde se encuentra.- Museo Nacional del Prado.
Localidad.- Madrid.
País.- España.
TEXTO DEL EVANGELIO
En el año decimoquinto del imperio del emperador Tiberio, siendo Poncio Pilato gobernador de Judea, y Herodes tetrarca de Galilea, y su hermano Filipo tetrarca de Iturea y Traconítide, y Lisanio tetrarca de Abilene, bajo el sumo sacerdocio de Anás y Caifás, vino la palabra de Dios sobre Juan, hijo de Zacarías, en el desierto. Y recorrió toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de conversión para perdón de los pecados, como está escrito en el libro de los oráculos del profeta Isaías: «Voz del que grita en el desierto: | Preparad el camino del Señor, | allanad sus senderos; 5los valles serán rellenados, | los montes y colinas serán rebajados; | lo torcido será enderezado, | lo escabroso será camino llano. Y toda carne verá la salvación de Dios». A los que venían para ser bautizados les decía:
«¡Raza de víboras!, ¿quién os ha enseñado a escapar del castigo inminente? Dad el fruto que pide la conversión. Y no os hagáis ilusiones, pensando: “Tenemos por padre a Abrahán”, pues os digo que Dios es capaz de sacar de estas piedras hijos de Abrahán. Ya toca el hacha la raíz de los árboles, y todo árbol que no dé buen fruto será talado y echado al fuego».
La gente le preguntaba:
«Entonces, ¿qué debemos hacer?».
Él contestaba:
«El que tenga dos túnicas, que comparta con el que no tiene; y el que tenga comida, haga lo mismo».
Vinieron también a bautizarse unos publicanos y le preguntaron: «Maestro, ¿qué debemos hacer nosotros?».
Él les contestó:
«No exijáis más de lo establecido».
Unos soldados igualmente le preguntaban:
«Y nosotros, ¿qué debemos hacer?».
Él les contestó:
«No hagáis extorsión ni os aprovechéis de nadie con falsas denuncias, sino contentaos con la paga».
Como el pueblo estaba expectante, y todos se preguntaban en su interior sobre Juan si no sería el Mesías, Juan les respondió dirigiéndose a todos:
«Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, a quien no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego; en su mano tiene el bieldo para aventar su parva, reunir su trigo en el granero y quemar la paja en una hoguera que no se apaga».
Con estas y otras muchas exhortaciones, anunciaba al pueblo el Evangelio.
Lucas 3, 1 - 18
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